Puede que entendamos la importancia de la oración, pero muchas veces no tenemos claro cómo debemos orar. La Biblia nos da ejemplos y ayuda. En el mismo capítulo del evangelio de Mateo mencionado anteriormente (Mateo 6) encontramos "el Padre nuestro", conocido como la oración modelo de Jesús. Mateo 6:9-13 dice: 9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Si tomamos esta oración como ejemplo, vemos que hay algunos elementos importantes que deben formar parte de nuestra oración. 1. Comenzamos con una actitud de alabanza, adoración y humildad
Mateo 6:9 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre
Inicialmente debemos mostrar nuestra alabanza y adoración, reconocer la grandeza de Dios y su santidad. Nuestra actitud debe ser humilde.
2. Expresamos nuestra confianza en Él
Mateo 6:10 Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Luego nos sometemos a su voluntad y afirmamos que lo mejor que nos puede pasar es que su reino se manifieste en nuestras vidas. Declaramos confianza total de que su reino y su voluntad son lo mejor para nosotros porque donde se manifiesta el reino de Dios suceden grandes cosas.
3. Presentamos nuestras peticiones
Mateo 6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Pasamos a presentar nuestras peticiones, a pedir la provisión de Dios para el día. Él sabe que durante el transcurso del día tendremos necesidades físicas y desea suplirlas.
4. Reconocemos la importancia del perdón
Mateo 6:12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Reconocemos nuestra necesidad de su perdón y su gracia. A la misma vez examinamos nuestro corazón para saber si hemos estado dispuestos a perdonar y ofrecer gracia a los que nos han ofendido. Es momento de examinarnos. Sabemos que estamos agradecidos por el perdón de Dios a nuestras vidas. ¿Está nuestro corazón suficientemente transformado como para ofrecer el perdón a los que nos han ofendido?
Mateo 6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Pedimos su ayuda y protección ante las tentaciones para que permanezcamos firmes en él y no cedamos. Sabemos que él es el único que nos puede proteger y librar de las tentaciones y de todos los ataques del maligno.
6. Volvemos a alabarle
Y este final es para también ver esta frase que algunas versiones incluyen:
Porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.
Finalizamos con alabanza y adoración a Dios, reconociendo que solo él merece toda la gloria y toda la honra, que la eternidad está en sus manos.